Luis Ángel Hernández
Huautla, Hgo.- A pocos días de que comience la fiesta del Xantolo, artesanos y alfareros manifestaron que atraviesan tiempos difíciles, ya que en estos días su ventas han estar bastante bajas a comparación a años anteriores, sin embargo, mantienen la esperanza de que la situación mejore con la llegada de los huastecos que trabajan en otras partes del País y que, como cada año, regresan para comprar en el tradicional "domingo grande" ya en vísperas del Xantolo.
María Angélica Hernández Baltazar, una de las alfareras locales, comentó que gran parte de sus creaciones tienen un propósito muy especial durante estas festividades. "Se utilizan para la colocación del arco, a donde llegan los seres queridos que ya no están en este plano material", explicó que en su puesto, hay una gran variedad de piezas, desde incensarios –conocidos como copaleros– y porta velas con forma de caballitos, hasta ollas, floreros, y pequeños accesorios para mujeres. También ofrece llaveros con forma de calaveras y otros motivos que evocan la festividad.
Sin embargo, una de las piezas más buscadas es el cocohuilo, un silbato de barro que se vuelve protagonista durante el Xantolo. Este juguete, que produce un sonido peculiar, es un favorito entre niños y adultos. "El cocohuilo representa los juguetes que tuvieron en vida, por eso lo compran tanto, es algo simbólico y, al mismo tiempo, divertido para los más pequeños", explicó María Angélica.
El proceso de elaboración de estos silbatos es todo un arte cada uno, con la forma de animalitos como tortugas, pajaritos, caballitos o cerditos, e incluso de calabazas y carritos, se pinta con colores vibrantes que capturan la esencia alegre de la festividad. Durante el Xantolo, el sonido del cocohuilo resuena por todas partes, llenando las calles de Huautla con un aire festivo y nostálgico.
A pesar de las dificultades, los alfareros mantienen la esperanza de que las tradiciones y el regreso de las familias ayuden a mejorar sus ventas. "ojalá este año sea diferente y la gente se lleve un pedacito de nuestra cultura en forma de barro", concluyó María Angélica.