En el cauce del río Garcés maquinaria trabaja para extraer la mayor cantidad de recursos pétreos causando una desestabilidad en el medio ambiente, acción pese a que está prohibida algunos gobiernos la siguen permitiendo.
Las consecuencia de esta actividad, que en ocasiones se desempeña de manera clandestina y en otras con un título de concesión avalado por las autoridades locales, han ocasionado que la arena en los cauces de los arroyos comience a disminuir en cantidades considerables, ocasionando conflictos en el ecosistema por su papel fundamental que esta tiene en los corredores biológicos y la estabilización de las áreas hidráulicas de los cauces, poniendo en peligro los mantos acuíferos y los arroyos, además de provocar la erosión de las riberas y la destrucción del hábitat.
Tales consecuencias al medio ambiente contribuyen de manera directa con la pérdida de la capacidad de almacenamiento de los flujos de agua subterránea y la disminución en la recarga de los acuíferos, que en un ambiente de la región requieren de la arena para impedir la evaporación del agua de lluvia que en condiciones normales se filtraría. Esto sin mencionar los riesgos a la salud que pudieran generarse a los habitantes de la zona.
Por lo que comuneros aledaños hacen el llamado a la Comisión Nacional de Agua y a la Secretaría de Medio Ambiente a verificar los permisos obtenidos para la extracción de los recursos naturales que devastan la zona.