Las bebidas energéticas pueden causar dolores de cabeza, estómago, diarrea, mareos, dificultad para dormir y deshidratación. Si se consumen en grandes cantidades o si se mezclan con alcohol, pueden ocasionar la muerte, pues alteran la presión arterial al grado de darles un infarto.
El uso repetido puede ocasionar efectos en la salud a largo plazo, los cuales incluyen alteraciones, adicción y abstinencia, como también aumento de la frecuencia cardiaca o la presión arterial y ansiedad.
El aumento del uso de bebidas energéticas, especialmente entre jóvenes adultos, aunque se promocione que las bebidas reducen la fatiga y mejoran el rendimiento físico y mental, el consumo frecuente de estas bebidas altas en cafeína y azúcar ha sido vinculado a consecuencias negativas para la salud.
Mezclar bebidas energéticas con alcohol puede ser peligroso y tiene varios efectos negativos en la salud. Estas bebidas suelen contener cafeína y otros estimulantes, que pueden enmascarar los efectos depresores del alcohol, haciéndose sentir menos borracho y más alerta. Esto puede llevar a beber más alcohol, aumentar el riesgo de intoxicación y otros problemas de salud.